Quisieron Jesús del Rescate y Nuestra Madre de los Dolores regalarnos un Jueves Santo pletórico, desde primeras horas de la mañana lucía un solazo impresionante digno del día en el que estábamos. Las bullas y las prisas eran la tónica en las escasas horas que restaban para que el Rey del Jueves Santo asomara por la Puerta de la Asunción y pudiésemos hacer estación de penitencia con el amor y el cariño que todos le tenemos.
Quiero agradecer a todos los que este año habéis estado con nosotros bajo las faldillas de Jesús del Rescate, vuestro apoyo y trabajo, vuestra constancia y vuestro sufrimiento. A los nuevos animarlos para que sigan queriendo a sus Sagrados Titulares como lo hacen y a los más veteranos para que esa fuerza que sacamos (no sabemos de dónde o quizás sí) siga estando ahí presente los 365 días del año.
Así que amigos, hermanos, compañeros, MUCHAS GRACIAS A TODOS/AS.
